Como el gran filósofo español José Ortega y Gasset dijo en una ocasión: «La historia del toreo está ligada a la de España, tanto que sin conocer la primera, resultará imposible comprender la segunda». En base a estas palabras en una visita a España no puede faltar la asistencia a un espectáculo de toros.
El mundo del toro ha llamado siempre a numerosas celebridades de todo el mundo de campos como el cine, la cultura o el mundo artístico. Haga un esfuerzo e imagínese al señor Ernest Hemingway disfrutando de este espectáculo de valor y arte. Ahora mire en la grada, unos ojos felinos observan la arena de la plaza, no nos referimos al toro, hablamos de la hermosa Ava Gardner sonriendo y agitando un pañuelo al viento al torero que se va a jugar la vida. ¿Suena bien, no?
¿Pero qué podría tener el toreo para atraer a tanta gente importante? En una palabra: espectáculo. Las corridas son un espectáculo que combina arte, valentía y belleza. Los toreros engalanados con sus vistosos trajes de oro y colores vivos muestran esa apariencia y pose propia de un caballero. Un caballero de brillante y dorada armadura que se presenta ante un público vibrante en cuanto pisa la arena. El paseo, con movimientos casi coreografiados nos recuerda a los valientes gladiadores que se juagaban la vida combatiendo con las más temerosas fieras.
Ya tenemos al matador, ahora nos falta la bestia: el toro. Un gran cuerpo animal de color azabache puro que se preparado para ese momento. Cuando se encuentran matador y toro se produce una conexión especial, una simbiosis mágica que comunica sus miradas para una lucha cuerpo a cuerpo. Pero esta batalla se desarrolla con una técnica exquisita, con unos movimientos delicados y certeros que el torero realiza con su capote y su espada. Y ahí es donde está su arte en ese movimiento de capote que hará recordar al asistente el agitar de un abanico español.
Disfrutar de este arte en España es hacerlo de las grandes figuras del toreo como El Cordobés, Fran Rivera o El Juli, muchos de ellos procedentes de un gran linaje taurino y que tienen el toreo en la sangre. Esa sangre que les palpita cuando salen a la arena y se enfrenta al toro.
Cualquier fecha es idónea para recrearse con este arte típico español, que ya retrató Bizet en su «Carmen» o Goya en sus cuadros. España ofrece corridas casi todo el año, desde finales de enero hasta octubre o noviembre. Aunque destacan las Ferias de San Isidro en la increíble Plaza de Las Ventas, que data de 1929, o La Feria de Abril de Sevilla.
¿Listo para introducirse en algo completamente diferente a lo que conoce? Nosotros le acompañaremos y podrá decir un gran: «¡Olé maestro!